prostitucion femenina







    Hola muñeca cuánto cobras??
    $300 pesos y tu pagas el hotel mi amor
    y que haces???
    Masaje, sexo oral, si quieres sexo anal son $200 pesos más mi rey....
    Cómo !!! te doy $200 y pago el hotel ...
    Bueno, de algo a nada.....
    Pues vamos chiquita...





La prostitución es el intercambio de servicios sexuales. Habitualmente cópula, por dinero. Esta transacción económica puede realizarse entre personas del mismo o de diferente sexo. La práctica más común y la más conocida, es la prostitución femenina; aunque existen también la variante masculina (homo o heterosexual en ambos casos) y lamentablemente la prostitución infantil, que lesiona gravemente el desarrollo físico y psicosexual normal del menor afectado.





Pero la utilización de la mujer es un elemento objetivado al servicio del género masculino y de su esquema patriarcal, resulta bastante evidente, ya que a lo largo de la historia las mujeres han sido y son elementos de uso lucrativo, bien sea por generar beneficios personales o bien por proporcionar grandes cantidades de dinero de fácil.

Como sucede en todos los aspectos de la ideología androcéntrica, los "señores" que ostentan el poder, establecen la estructura que ampliamente les proporciona más poder tanto en lo social y personal como en lo económico. Por ello, entre los muchos aspectos de esclavitud femenina hayan contemplado el de la esclavitud sexual. Porque las mujeres que se prostituyen siguen el status de esclavas.

Partiendo del hecho real: la prostitución existe porque hay quien demanda y paga por este servicio. El sexo vende y vende bien.





Pero porqué existe tal demanda?...
 Puede considerar que:

    La prostitución consiste en un acto copulatorio en el que no hay compromiso real entre los participantes ni mezcla de sentimientos afectivos; se trata, de sexo sin amor.

    El acto ofrece a quien paga la liberación de una rutina sexual que, probablemente se había convertido en tediosa y aburrida.

    Puede ofrecer, además la posibilidad de experimentar nuevas técnicas y conductas sexuales no ensayadas con la pareja real.

    El cliente se sumerge en su propia fantasía sexual en la que la sexoservidora, complace y alimenta esta conducta haciéndola real, total o parcialmente; pues la mayor parte de veces, este último finge el disfrute del acto. Un dato curioso es que, en algunas ocasiones, realmente lo goza e incluso, puede llegar al orgasmo.






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Lo anterior no significa que la actividad sea recomendable como método de terapia o desahogo sexuales, pues mientras algunos clientes pueden experimentar satisfacción posterior al acto, otros refieren sentimientos negativos como arrepentimiento, vergüenza, "vacío espiritual" o repulsión por la sexoservidora. Otros pocos llegan a interesarse sentimentalmente por este último.

    Algunos jóvenes inician su vida sexual-genital con las trabajadores sexuales. Unos experimentan una sola vez y otros se convierten en clientes regulares.

    No en pocas ocasiones, son las sexoservidoras las únicas personas a las que el cliente es capaz de exponer sus problemas sociales, laborales, familiares, económicos o incluso sexuales.

Hay múltiples y variados factores que impulsan a una mujer a integrarse al comercio sexual (socioculturales, psicológicos, económicos, etc.), un alto porcentaje de ellas fue víctima de maltrato y/o abuso sexual infantiles, tienen baja autoestima, problemas económicos, falta de educación, provienen de familias disfuncionales u hogares fracturados, fueron inducidas o son obligadas por otras personas, son adictas a drogas, etc.

Cabe mencionar que todos estos factores no necesariamente están presentes en la mujer y que su presencia no determina por sí sola, la decisión de adoptar esta práctica.

Los estilos de vida de las trabajadoras sexuales van de aquellas que se dedican de tiempo completo a las que sólo lo hacen parcialmente; las que cuentan con altos niveles de estudios como los que no los tienen; de alto como de bajo nivel socioeconómico; los que trabajan en zonas de tolerancia como en lugares "privados"; los bien parecidos y los que no tanto; solteras y responsables de familia, etc.

Asimismo, quienes pagan por este servicio pueden ser jóvenes o ancianos, profesionistas y no profesionistas, personajes políticos y de la farándula, inclusive religiosos (según testimonios de algunas sexoservidoras). La capacidad económica no es una limitante.

Excepto en algunos lugares como Reno, Nevada, Estados Unidos y Dinamarca que la han legalizado, la prostitución es una actividad ilegal en la mayor parte del mundo; esto convierte a quienes participa en ella, en infractores de la ley. Los gobiernos han tratado y logrado de manera parcial reglamentar la moralidad y conducta sexuales de sus pueblos. Lo cierto es que a pesar de las prohibiciones y sanciones tanto legales como morales, la prostitución ha sobrevivido y sigue prosperando.

Tan cierto es, que la industria del sexo (pornografía, prostitución y otros servicios sexuales) ha crecido enormemente en los últimos años y es de la que obtienen mayores ganancias económicas quienes comercializan con ella.
Volviendo reglones atrás, las sanciones penales generalmente se aplican a las prostitutas y no a sus clientes; sin olvidar que también pueden ser victimas de estos últimos (golpizas, violaciones tumultuarias, falta de pago por el servicio, negativa de usar condón o hasta asesinatos), otros victimarios son "padrotes y madames"; policías y autoridades judiciales corruptas, y una sociedad discriminatoria que se niega a aceptar esta actividad como parte de ella.

Quizás las mal llamadas "mujeres de la vida fácil", realmente no lleven una vida tan fácil.

La prostitución también representa un problema de salud pública. Muchas sexoservidoras (y sus clientes) pueden ser fuentes de infecciones de transmisión sexual como: ladillas, sífilis, gonorrea, herpes genital, hepatitis B, VIH-SIDA, etc. En ocasiones, si resulta embarazada la sexoservidora puede dar a luz o practicarse un aborto en las condiciones médicas más desfavorables.

La práctica de la prostitución como actividad lucrativa, beneficia directa e indirectamente a muchas personas y no solo a quien la ejerce de manera activa. Algunas sexoservidoras agreden físicamente al cliente para luego robarle.

Otros beneficiarios económicos son: personal de hoteles, taxistas y custodios de cárceles (que sirven de contactos); policías, abogados y jueces (relacionados con el carácter ilegal de la actividad); "Madames y Padrotes" (que dan ropa, alimentación, vivienda, protección física, drogas, etcétera a cambio de dinero); dueños de bares y antros (algunos funcionan como burdeles) hasta alcanzar a farmacias en donde se expendan preservativos, las industrias productoras de éstos y las de "juguetes sexuales" y el médico que atiende a sexoservidoras y clientes que han contraído una infección de transmisión sexual.

Aunque no todo es ganancia económica, tómese en cuenta las grandes cantidades de dinero que invierten los gobiernos e instituciones privadas en la prevención y manejo de este y otros problemas sociales.

Este artículo pretende dar un punto de vista objetivo de este fenómeno y no promoverlo o justificarlo, aprobarlo o reprobarlo, y sugiere:

    El uso de preservativos si el lector(a) se entrega a esta práctica.

    No guiarse por el aspecto físico externo: "se ve limpia" o "parece sano".

    La revisión médica oportuna ante la sospecha de contagio de una infección de transmisión sexual.

    La búsqueda de información y orientación a través de la fuente adecuada.